A Guy Called Gerald | |
Rock De Lux April 1996 Page: 34 |
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El jungle, seccion drum'n'bass, o sea no ragga, tiene un personaje, una cara visible, que nadie discute: Goldie. Pero tambien tiene un padrino, un mentor, un inspirador, un enlace con el pasado def dance britanico (y suis influencias detroitianas) desde la veterania y (buenas y malas) experiencias de un pionero, de un tipo llamado Gerald (Simpson). "Es extraño, pero no sueño. No puedo recordar mis sueños desde que tenía cinco o seis años. Supongo que con esto estoy intentando compensar esa ausencia". Los dream salpican algunos títulos de "Black Secret Technology" (Juicebox, 95), el regreso - triunfal en lo artístico y tímido en aspectos tan poco prosaicos como la distribución y el diseño gráfico - de A Guy Called Gerald, la primera obra maestra de un género que se ha mostrado tan sólido en los años de germinación underground corno en su resistencia al hype mediático que todo lo arrasa a su paso. Un disco que hace soñar despierto y cuyos sonidos transmiten la sensación de volar. "Viajar-corrige -, lo que llamo el sonido del movimiento al viajar. No permanecer en el mismo sitio. Avanzar todo el tiempo". Solucionado el enigma de la última canción sin título, "es una que hice con mi hermano -es el cantante-; yo veo el disco como un viaje hacia adelante, y este tema es como el fin del túnel, el principio de la siguiente fase", Gerald Simpson explica, con la relajadísima parsimonia que despliega a lo largo de toda la conversación, el concepto de tambores parlantes y el ritmo como primer lenguaje que avanza en el texto de contraportada: "Es la raíz. El corazón de la música de baile se remonta a los tambores africanos. Me puse a investigar de dónde procedían los tambores auténticos, dónde se crearon los ritmos y el uso de estos sonidos como mantras que crean sonidos sobre pieles. Espero trabajar este año sobre tambores africanos". Si su anterior "28 Gun Bad Boy" (Juicebox, 92) se limitaba simple-mente a recopilar una serie de EPs previos, "Black Secret Technology" nació "como un concepto de álbum, todos los cortes se relacionan entre sí. Los dos primeros que hice eran... - siempre duda y se corrige -, hice un tema, luego le quité algunos 'samples' y, a partir de esas pistas, construí otro tema, intentando mantener una continuación. Tras una escucha aleatoria pensé: 'bueno -con satisfacción-, repite eso'. Es como ir reparando; miras fuera y si la escucha resulta... Y traer nuevas influencias, reinventar lo que estaba haciendo". Influencias que luego reconoce que no son tan nuevas. "Mucho techno de Detroit, Derrick May, y también Latin Rascals y el Miami Bass Sound. Hay mucho; también me interesa el heavy soul como Anita Baker. Está todo ahí. Para sacudirte tus primeras influencias, puedes coger un sonido y, gracias a la tecnología, cambiarlo totalmente; entonces tus influencias básicas te llevan a un sonido, y tú lo cambias por completo, cambia de dirección; es como viajar". Los primeros pasos de A Guy Called Gerald en la bulliciosa escena acid de los últimos ochenta ya revelan lo escarpado de una carrera que habría desesperado a cualquiera con un carácter menos paciente, y que él recuerda ahora entre sonrisas del que, antes que resignado, entiende que el pasado ya no se puede cambiar. La primera en la frente: mientras su "Voodoo Ray" escalaba puestos en listas dance, el de Manchester, ignorante, seguía trabajando en un McDonald's. "Era una época extraña. Le pasé una cinta a alguien de un sello pequeño de Liverpool - Rham - ; yo no estaba muy seguro, pero ellos lo publicaron de todas maneras y se vendió (quinientas copias) en un día. Desde entonces, empezaron a escalar; hubo malos rollos y lo dejé. Por esa época también trabajé con 808 State. Hice un álbum con ellos -el primero: "Newbuild" (Creed, 88) - y algunas bases para otras piezas; y después volví a desarrollarlas a partir de 'Voodoo Ray - de donde salió su primer álbum, "Hot Lemonade"; Rham, 88-. Luego me fui a Estados Unidos e hice algunas cosas allí. Realmente no esperaba despegar de esa manera; explotó antes de que me enterara. Estaba en las listas y yo seguía en el trabajo -se ríe sorprendido -. No sé, yo no tenía ninguna experiencia. Se supone que te tienen que pagar por todo, pero se aprovecharon. Lo estaban pasando bien, pero yo no. Trabajé mucho, incluso el otro día un amigo me preguntaba cómo fue lo del 'summer of love' y Manchester y todo eso -pone cara de sorpresa y aprieta los labios para aguantar las risas-. Yo estaba trabajando o pinchando en algún club o tocando o durmiendo o en el estudio. Me lo perdí todo". Su nombre también apareció en el segundo álbum de 808 State, "Quadrastate" (Creed, 89), pero Gerald, que ya les había dejado, tuvo que litigar sobre la autoria del mayor éxito del combo, "Pacific State", para ver reconocido crematísticamente el asunto. Ahora las cosas "están bastan-te amistosas desde que dejé Manchester. Nos llevó cinco años solucionar nuestras diferencias. Fue muy extraño tener que llegar a litigar por una grabación. Yo llevaba todo mi equipo al estudio y trabajaba con ellos -recuerda-, pero no cobraba un duro, y tenía la sensación de que ellos sí cobraban aunque decían que no. Entonces pensé: 'bueno, pues ya no trabajo más con ellos'. Y van y publican el tema. Yo les digo: 'no podéis hacerlo, es mi material'; yo todavía trabajaba en McDonald's y ellos tenían la tienda de discos, así que lo llevaron a juicio y yo me quedé... juau! Nunca me había pasado nada igual. Tardó mucho en solucionarse. Ellos seguían empeñados y yo no podía creerlo. Pusieron mi nombre en el disco, pero yo no tuve nada que ver; al fin y al cabo era un estilo diferente y todo. Pero, bueno, al final se solucionó. Creo que lo estiraron para obtener publicidad. Recuerdo que mi manager de entonces me decía: 'no lo menciones más en las entrevistas; ja ja, porque les da publicidad'. Pero no me importa, jaja. Oh, la gente sabe que me estafaron". Precisamente "Alita's Dream", el último single extraído de "Black Secret Technology", tiene un parecido con la grabación del litigio que, conociendo su historia, no puede ser casual. "Tiene mensajes de 'Pacific State', digamos una especie de emoción fluida. No sé, tendría que oírlas juntas para encontrar la conexión, pero está claro que tienen el mismo sentimiento". En el 90 publicó "Automanikk" (Subscape-Sony), un álbum que seguía la senda de los torrentes sámplicos imperantes en la época tipo "Beat Dis" (Bomb The Bass) y "Theme From S' Express", pero que también era de los primeros en desarrollar las influencias detroitianas - Derrick May y Carl Craig le mezclaron uno de sus cortes, "FX" -, junto a su querencia por las voces femeninas. Parecía que el apoyo multinacional iba a terminar con sus problemas, pero aún le quedaba la última prueba, la salida por la puerta falsa con un álbum, "High Life, Low Profile" (91), perdido en el camino, y parece ser que sin ninguna posibilidad de ver la luz. "No creo. Yo les dejé un DAT y nadie me volvió a llamar para decirme nada; mi manager me dijo: 'ya no estamos en Sony'. No hubo una carta del sello ni nada parecido; no lo podía entender". La lección aprendida es evidente: "mantenerme lo más independiente posible. Era más que nada por el lado financiero. Probablemente, es mejor estar en una 'major', pero a mí me gusta experimentar y tomarme mi tiempo con lo que hago, y ellos no; ellos quieren dinero rápido. Tú tienes que hacer productos que ellos puedan vender. Si quieres hacer como Leftfield, experimentar e intentar nuevas ideas, es mejor ser independiente, porque si no te van a dejar tirado. La única razón por que me ficharon fue 'Voodoo Ray'. Tal como lo veo ahora, llegó hasta donde lo hizo sin ninguna distribución o ayuda multinacional y ellos pensaron: 'vale, todo lo que tenemos que hacer es sentarnos y ver qué pasa'. Cuando firmé y grabé Automanikk', me fui de gira a Estados Unidos y fue muy curioso: yo quería ir de gira y ellos deberían apoyarme, pero al final acabé pagándomelo todo. Al poco tiempo me dicen: 'lo dejamos' -y exclama-. ¡Pero si la gira iba bien! Entonces empecé a pensar: 'ya sé de qué vais'. Para el que hace música por el placer de la música no es el camino adecuado. Si se concentran en Michael Jackson no pueden hacer mucho por mí. Son un poco fríos en lo que respecta a la música en sí; o sea, entras y piensas que cumples alguna función, pero ellos no escuchan la música; no son sitios para la música". Quizás en ese desconocido "High Life, Low Profile" se encuentre el punto de conexión para comprender cómo ha llegado a su sonido actual. "Si, ahí empecé a experimentar con algunos 'breaks' y a utilizar más voces, y a desarrollar nuevas técnicas en el estudio que acababa de montar. Después de dejar Sony hice unos pocos EPs y '28 Gund Bad Boy'. Es curioso, recuerdo haber escrito un montón de cosas entonces que me influyen en lo que hago ahora". Y ahora, con las cosas donde tienen que estar, Gerald -que niega que su disco y el de Goldie hayan supuesto el tope que pueda alcanzar el género: "aún sigue avanzando, se mueve con la tecnología, y cuando sale algo nuevo como el sonido que hemos creado siempre vendrán otros que lo continuarán. Ahora es mucho más sofisticado que hace unos seis meses"- alberga el proyecto de establecer su sello también en USA, donde ha grabado con Lady Miss Kier (Deee-Lite) y ve "una escena joven que está creciendo' Y quién sabe, tal vez vea cumplido su deseo de remezclar "Ashes To Ashes". "Le pondría un sonido real-mente extravagante ('quirky) de fondo". Si David Bowie oye lo que A Guy Called Gerald hizo recientemente con el "What You See", de Flora Purim, no tendrá muchos argumentos que oponerle. [Author: Felix Suarez, Photo: Andoni Canela] |